Nuestra Historia
Abelardo y Ángela, los abuelos de nuestra enóloga Guadalupe Savina, siempre soñaron con volver a tener tierra para poder producir frutos y hortalizas para su consumo propio y poder trabajar con sus manos la tierra donde vivirían anécdotas y construirían más recuerdos para la familia…
Pero ese deseo se fue transformando en la cabeza de Abelardo en una oportunidad con la que muchos mendocinos sueñan seguramente, producir vinos, entonces la pequeña propiedad se convirtió en una finca de 14 hectáreas, con 9ha plantadas con Bonarda, Petit Verdot, Malbec y Merlot, que es la estrella de nuestra línea Savina.
Y de esa manera toda la familia terminó involucrándose en el sueño que se hizo realidad, en el 2017 se adquirió la finca, y en el 2018 se erigió la bodega tal como la podemos observar; una nave que emula la Cordillera de Los Andes, hecha de piedra como las increíbles paredes de nuestra montaña y la parte superior que imitan las nieves eternas del Cordón del Plata que podemos observar perfectamente desde nuestra terraza.
Con una capacidad de producción propia de 60000 litros, nuestra bodega boutique quiere mantenerse como un proyecto familiar, Ángela y Abelardo están a cargo del cuidado de los olivos, viñedos y también de la huerta que se encuentra en la parte sur-oeste de la bodega, su hijo Raúl que lleva adelante las obras de cuidado, mantenimiento y administración de la bodega y nuestra joven enóloga Guadalupe nieta de ambos, que lleva adelante el área de enología, así como también se involucra con el área de turismo, marketing y comercialización mientras los vinos reposan para estabilizarse y salir al mercado.
Todos los miembros de la familia tienen un rol importante, y seguramente los vamos a ir encontrando a medida que transcurra la visita.